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Perú - Chile : relaciones peligrosas III

¿De quién es el mar?

por : Elizabeth Ramos

Angela Espinoza


Sin lugar a dudas uno de los temas pendientes en la agenda con Chile es la delimitación marítima. A su vez la frontera marítima abre las puertas a un tema mucho más difícil de tratar; una posible suscripción al Convenio del Mar, lo cual nos permitiría llevar a instancias superiores nuestros conflictos con los vecinos del Sur.

Hacía el año 1947, mediante el Decreto Supremo Nº 781, el Perú afirmaba su derecho y soberanía sobre las 200 millas marinas continuas a la costa. Además en 1952, según la Declaración de Santiago tanto Chile, Ecuador y Perú proclamaban la soberanía y jurisdicción sobre las 200 millas. Ello fue ratificado por la resolución de Argel en 1973 en la III Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar.

Pero este acuerdo entre Perú, Chile y Ecuador, fue incumplido por Chile en el gobierno de Pinochet. Ahora Chile sigue en la misma posición y desconoce estos tratados. A raíz de ello, el Perú en Tacna tiene prácticamente 0 millas, mientras que Chile tiene dominio sobre lo que vendría a ser mar peruano.

Para resolver este tema inconcluso con Chile, la cancillería peruana pidió al gobierno chileno iniciar las negociaciones bilaterales con el fin de poner término a los límites marítimos. No obstante el gobierno chileno se negó a abrir las conversaciones, asegurando que los límites con nuestro país ya estaban resueltos.
Según el ministro secretario general de Gobierno de Chile, Francisco Vidal, ratificó que no discutirá el tema de límites marítimos con Perú puesto que ya está definido.

Mientras que otros países como ecuador, se ponen de parte de Chile. El canciller ecuatoriano Patricio Zuquilando, expresó que “no tenemos asuntos pendientes y no aceptamos ninguna revisión. Nuestros límites están claros y precisos.”

Sin embargo, la demanda peruana de comenzar negociaciones limítrofes cayó en mal momento en un Chile con miras a unas próximas elecciones. Resultaba obvio que ningún personaje público chileno que deseara participar en la contienda electoral iba a acceder a revisar un tema considerado zanjado por parte de Chile. Se podría decir que tuvimos un caso de miopía al no prever que nuestros intentos de negociación no arribarían a buen puerto.
De esta manera observamos que Chile al igual que Ecuador no tiene ningún interés por revisar los tratados.

La Convención del Mar
Con el intento peruano de llevar al Tribunal de la Haya nuestro tema irresuelto con Chile, se abrió nuevamente la casi eternamente postergada suscripción al Convenio del Mar. Dicho tratado internacional rige en casi todos los países del mundo, siendo en cierta forma uno de los caminos abiertos de la famosa globalización. Sin embargo, al igual que nuestras relaciones con los vecinos del Sur, este tema debe ser tratado de forma cautelosa. La Convención del mar significaría no sólo un libre comercio sino que todos los países afiliados a la convención tendrían derecho a pescar en 12 millas de nuestro mar. Los peruanos obtendríamos como beneficios no sólo la oportunidad de pescar en aguas de otros países, sino que también gozaríamos de una mínima ganancia de la extracción de minerales marinos.

No obstante, el tema es delicado porque supondría la apertura del mar de Grau a los países del primer mundo, quienes con toda la tecnología a su disposición podrían depredar nuestro mar. En ese caso lo que nosotros ganáramos no podría recompensar las perdidas en fauna y flora marítima, además que no tendríamos pescado para abastecernos nosotros mismos. Hay que considerar que el Perú siempre se ha caracterizado por ser un país potencia en harina de pescado y tenemos uno de los mares con mayor biodiversidad del mundo, mares que con la acción del hombre, sobre todo con la indiscriminada pesca de los años 70 se vio depredado, y que aún en la actualidad no ve implementado un plan que permita la extracción de recursos naturales sin dañar permanentemente el mar.

Si no también el Perú reduciría su anchura de mar de 200 millas a 12 millas; pero éstas no serían de soberanía absoluta, ya que éstas tendrían que ejercerla con arreglos a la Convención y otras normas. Mientras que las otras 188 millas se convertirían en una Zona Económica Exclusiva.

Pero no sólo eso, además veríamos afectado nuestros intereses de la Defensa Nacional que no solo actúa en caso de ataques sino también en por espionaje o actos de merodeo. El Perú a parte de mutilar su espacio marítimo, mutilaría su espacio aéreo. Por lo tanto, en todos los sentidos nos veríamos afectados con esta Convención.

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